jueves, 20 de octubre de 2011

Juguemos (saquémonos el jugo)



En las peregrinas fantasías infantiles del autor de este blog, los clicks de Playmobil podían, con su limitadísima movilidad y capacidad de flexión de extremidades, hacer frente con bizarría a los hiper articulados GI Joes, e incluso abatirlos a hostias finas tras cruento combate. Un click hembra, que tenían camisón en lugar de camisa, se convertía en feroz combatiente y digna apalizadora de un secundario secuaz del Comandante Cobra. Eso sí que era cobrar, y de manos de una chica que no puede doblar codos ni rodillas.
Y qué deleite de criaturas amorfo-mecánicas construidas a base de piezas de Tente, rectilíneas, cuadriculadas y ásperas por arriba, derribando con imaginarios láseres a todo aquel que osara espetarles un fatal "¿Y tú qué miras?".

Luego, al oso de peluche le salió nosecómo un USB a través del cual se descargó nosequé versión del Wolfenstein 3D. El citado úrsido se engoriló de más y se lió a tiros con toda la infancia del autor.

Creo que por eso en Amsterdam me compré un peluche de Van Gogh al que se le quita con velcro la oreja izquierda.

Por eso y porque un peluche de Van Gogh al que se le quita la oreja mola más que las discografías de Raphael y Camilo Sesto juntas.

9 comentarios:

conejito zombi ◕‿◕ dijo...

Yo tengo ese peluche *__* Me lo compré en la National Gallery de Londres y, por cierto, el otro día lo lavé en la lavadora. No lo hagas si no es extrictamente necesario. Su sedoso pelo ahora está despeinado, aunque por otro lado parece que está más loco.

alicia dijo...

¿y los arganboys qué? ¿no merecen ni una mísera reseña? ¿un breve comentario? Los arganboys también estaban ahí, y no me puedo creer que hayas tenido o tengas un peluche (¡por Crom!) de Van Gogh y no hayas tenido un arganboy.
Clamo justica

Hombre Malo dijo...

Mi peluche de Van Gogh aún está sentado en su blister de cartón, y no había intención de meterlo en la lavadora, pero gracias por el consejo, señorita Zombie. Lavaré a mano al pelirrojo catacroquer.

Alicia: En mi infancia conocí a los arganboys sólo de oídas. No sé por qué extraña circunstancia a mi casa nunca llegaron. Y mira que tuvimos desde Caballeros del Zodíaco hasta luchadores de la WWF, pasando por Tortugas Ninja articuladas y personajes de He-Man (siempre de segundo orden, porque los personajes principales se agotaban enseguida). Creo recordar ver algún arganboy en casa de unos primos... eran como GiJoes pero más grandes, e igual de articulados ¿no?
A veces siento que parte de mi infancia está vacía sin arganboys, menos mal que tuve un Spectrum.

Mudo dijo...

Dos cosas no relacionadas:

Lo del peluche de Van Gogh con oreja de quita y pon es genial. Nada como hacer comedia con los muy muertos. Imaginemos una cosa igual con Gadaffi o personajes menos siniestros con extremidades ausentes.

Lo de los arganbois o fue cosa de nuestra generacion, o fue cosa de nuestra ciudad. O de las dos cosas. Pero yo "clics" mil, arganbois, ni uno.

Señorita Uve dijo...

Oh, señor Malo, cuélguenos ese peluche en el Caralibro para nuestro deleite (al menos para el mío)... creo haber visto algo parecido en el Caixaforum pero no estoy segura que la oreja sea de quita y pon... seguro que hacía buenas amistades con mi Freddy Krueguer de cuchillas de lata de sidra del DIA...

Hombre Malo dijo...

Queremos: muñecos de David Carradine maniatados en su pequeño armario, muñecos de Bin Laden sumergibles a quinientos metros y muñecos del tipo de Parchís con el brazo de quita y pon. Y los queremos ya.

A lo mejor me he pasado.

Lo mejor del muñeco de Van Gogh (además de su semblante enajenado) es que de oreja colgaba una etiqueta que ponía: "arrácale la oreja y regálasela a quien más quieras como muestra de amor".

Vampira, tendría que buscar al peluche entre cajas y bolsas. Después de tantas idas y venidas y cambios de residencia la mayor parte de mi utillería friki se halla guardada en casa de mis padres. Pero en cuanto lo halle le haré el retrato, voto a bríos.

Mmmm, ¿Freddy con cuchillas de latas de sidra? ¿Mande?

conejito zombi ◕‿◕ dijo...

Yo no recuerdo que el mío pusiera eso de regalar la oreja como muestra de amor pero la verdad es que si me regalaran una oreja de Van Gogh moriría instantáneamente de amor.

Unknown dijo...

Me quedo picuet! Fui el segundo, así que heredé una mierda porque me hermana tenía muñecas. Nada que ver, verdad?

Eso si, con lo roñicas que me parecian mis papis que solo me compraban cosas en cumpleaños, santos (cosa que jamas entendí pero que me venía muy bien) y reyes (papa noel no se estilaba), no sé como me pude hacer con una inmensa colección de clics de playmobil y casi todos los "He-man" (Él-Hombre) tenía los castillos, naves, personajes de primera, segunda y tercera generación que venian ya con 3G y todo. Argambois tenía dos, uno masculino y otro femenino. El femenino me inquietaba mucho porque llevaba un vestido corto y cuando le doblabas las piernas para sentarla, descubrías que tenía impresas una especie de bragas de rejilla que estimulaban mi imaginación sin libido pero sucia... a saber...

Muñecos de gadafi?

Hombre Malo dijo...

Me ha sobrecogido hasta el arrobo el detalle de las bragas de rejilla impresas. El hecho de que un muñeco articulado use lencería es encantadoramente sórdido.
Si tu hermana te legó Barbies siempre podías heberles pintado barba con un Pilot y hacer a la Barbie Transexual. Y pintarles lencería, of course.